Hace un año,
Nalbandian era descalificado del torneo de Queen’s, en un hecho sin precedentes
para el tenis argentino.
El cordobés se
imponía en la final del certamen al croata Marin Cilic por 7-6 y 3-4, cuando,
furioso por un fallo en contra, pateó la base de madera donde estaba sentado el
juez de línea.
Nalbandian pateó
con fuerza la caja y una de las maderas lastimó al juez, lo que derivó en varias
discusiones. Finalmente se decidió descalificar al argentino, que de esa manera
perdió el partido, dinero, puntos e imagen.
El unquillense
había jugado un gran tenis durante esa semana, lo que le permitió alcanzar su
segunda final sobre césped después de la recordada en Wimbledon
2002.
Y los puntos por
llegar a la final de Queen’s, más los que hubiese obtenido si ganaba, le iban a
permitir ser uno de los preclasificados para Wimbledon, que comenzaba el
siguiente lunes, con la posibilidad de evitar a uno de los mejores hasta la
tercera ronda.
Pero al quedarse
fuera de los preclasificados, debió enfrentar en la primera ronda al serbio
Janko Tipsarevic, número 8 del mundo por entonces, quien lo eliminó en tres
sets, y le impidió mejorar en el ranking, algo que se acentuó con el transcurrir
de los meses.
Nalbandian fue
número tres del mundo, héroe en la Argentina por las actuaciones en
la Copa
Davis , ganó un Masters y llegó a la final de
Wimbledon.
Pero desde ese
domingo también fue el tenista que lastimó a un árbitro por pegarle una patada a
la caja de madera que lo protegía.
Autor: G.
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